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CELAM: Presentación en el ENC Continental de Vida Ascendente, Nov 2017: La familia y la pastoral de los mayores en Am Lat y el Caribe

LA FAMILIA Y LA PASTORAL DE LOS MAYORES EN
AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE.

*Padre Antonio José Velásquez,
Secretario Ejecutivo del Departamento de Familia,
Vida y Juventud del CELAM.
e-mail: familiayvida@celam.org



Antes de dar inicio a mi presentación, quiero expresarles mis saludos y agradecimiento por la invitación  que han hecho de estar aquí presente entre ustedes en el Encuentro Latinoamericano y Caribeño de Vida Ascendente.
El tema que me han pedido presentarles es sobre “La familia y la pastoral de los mayores en América Latina y El Caribe”.
Recordemos que el tema de familia y el Adulto Mayor ha sido de gran relevancia y preocupación para nuestra Iglesia de Latinoamérica y El Caribe y esto lo vemos reflejado en las reflexiones teológicas pastoral que vienen planteando desde el documento de Medellín al Documento de Aparecida, desde  donde se ha acompañado bajo un denominador común a la familia, como célula básica de nuestras sociedades y “motor” de las mismas. Sus orientaciones todo este tiempo se han dirigido a su fortalecimiento en principios y valores  en medio de una realidad compleja en lo social, económico, político y cultural.
Si damos una mirada a estos documentos podemos reafirmar su opción por la familia y entre sus miembros, los abuelos, los adultos mayores.
En el documento de Medellín año 1968, se señala la necesidad de la promoción humana y de los pueblos a través de la realización de la justicia, la paz, la educación y la familia. A partir de entonces, la pastoral familiar es destacada como prioridad de la Iglesia muy vinculada a la educación: en el amor, más allá de la educación sexual; en la preparación integral para el matrimonio, camino también de espiritualidad y santidad; para una paternidad responsable; unas mejores relaciones intergeneracionales, y un apostolado familiar propio de la Iglesia doméstica.
En Puebla, año 1979, se denuncia estructuras injustas que propician dominación y manipulación, bajos salarios, desempleo y pluriempleo, la planificación familiar por compromisos de políticas internacionales con métodos de anticoncepción y esterilización previos a la legalización del aborto. Considera a la familia víctima de quienes convierten en ídolos el poder, la riqueza y el sexo.  La Pastoral Familiar tiene un triple carácter: Evangelizadora, profética y liberadora. El evangelio de la familia debe concretarse en comunidades eclesiales que trasciendan con la pastoral social y todo ello debe aprovechar los ambientes de confianza y verdad en la familia, y la integración y valores de la familia con la fe y el discernimiento cristiano.
En Santo Domingo, 1992, la Iglesia en nuestro continente sigue denunciando el aumento de la miseria, el hambre y el desempleo, y la necesidad de conseguir más medios y distribuir con mayor justicia la riqueza. Señala el crecimiento de las uniones consensuales libres, divorcios, abortos. La Cultura de la Muerte. Denuncia políticas y prácticas contra la vida naciente y terminal. La pastoral familiar: se trata de una prioridad básica, sentida, real y operante, con un sentido de acompañamiento previsor, audaz y positivo.  Consideración especial, por ejemplo,  frente a las parejas en situaciones irregulares. El llamado a comprometerse en la pastoral familiar de acuerdo con sus carismas a las comunidades religiosas y a los movimientos eclesiales, es un respaldo a cómo los Obispos Latinoamericanos y Caribeños consideran la importancia de la pastoral familiar, por donde pasa toda la acción evangelizadora de la Iglesia. En el mismo espíritu del Buen Pastor releva especialmente la pastoral de la infancia. Y en general, reitera el principio fundamental de que toda vida humana es sagrada.
En el documento de Aparecida, año 2007, nos invita a ver la familia como: “… uno de los tesoros más importantes de los pueblos latinoamericanos y caribeños, y es patrimonio de la humanidad entera. En nuestros países, una parte importante de la población está afectada por difíciles condiciones de vida que amenazan directamente la institución familiar. En nuestra condición de discípulos y misioneros de Jesucristo, estamos llamados a trabajar para que esta situación sea transformada, y la familia asuma su ser y su misión en el ámbito de la sociedad y de la Iglesia”. (Cf. DA 432)  El énfasis que dan a la pastoral familiar los Obispos en Aparecida, es el de uno de los eje transversales de la evangelización en toda la Iglesia, estimulando una opción preferencial por los jóvenes, la mujer, las personas mayores, el varón y padre de familia, y la cultura de la vida, siendo voz de los que no tienen voz, del bebé aún en el vientre de la madre frente al aborto y de los ancianos frente a la eutanasia. Expectativa: Que la preocupación y acción pastoral por la familia se suma en la iglesia y la sociedad como una dimensión transversal de todo su accionar.  La invitación a una real conversión personal y pastoral en el documento de Aparecida fue el eje central de toda la reflexión y las nuevas generaciones y las culturas emergentes exigen una profunda transformación en los lenguajes, estilos y formas de relación y diálogo de la iglesia con el mundo de hoy con espiritualidad conyugal y familiar de contenido testimonial.
En el documento de Aparecida los Obispos dedican unos numerales al BIEN DE LOS ANCIANOS (Cfr. # 447- 450)  donde se reconoce que los “Niños y ancianos construyen el futuro de los pueblos. Los niños porque llevarán adelante la historia, los ancianos porque transmiten la experiencia y la sabiduría de sus vidas”. Se nos indica que “El respeto y gratitud de los ancianos debe ser testimoniado en primer lugar por su propia familia porque forman parte de cada familia, pueblo y nación. Sin embargo, a menudo, son olvidados o descuidados por la sociedad y hasta por sus propios familiares. Se destaca que “Muchos de nuestros mayores han gastado su vida por el bien de su familia y de la comunidad, desde su lugar y vocación. Muchos son verdaderos discípulos misioneros de Jesús por su testimonio y sus obras. Merecen ser reconocidos como hijos e hijas de Dios, llamados a compartir la plenitud del amor, y a ser queridos, en particular, por la cruz de sus dolencias, la capacidad disminuida o la soledad. La familia no debe mirar sólo las dificultades que trae el convivir con ellos o el atenderlos. La sociedad no puede considerarlos como un peso o una carga. Es lamentable que en algunos países no haya políticas sociales que se ocupen suficientemente de los mayores ya jubilados, pensionados, enfermos o abandonados”.
La Iglesia en nuestro continente nos ha exhortado  a elaborar diseños de políticas sociales justas y solidarias que atiendan estas necesidades y se siente comprometida a procurar la atención humana integral de todas las personas mayores, ayudándoles a vivir el seguimiento de Cristo en su actual condición, e incorporándolos lo más posible a la misión evangelizadora. Por ello, agradece el trabajo que ya vienen realizando religiosas, religiosos y voluntarios, quiere renovar sus estructuras pastorales, y preparar aún más agentes, a fin de ampliar este valioso servicio de amor.
Como observamos la Iglesia siempre ha manifestado su preocupación y atención por la familia y el adulto mayor, destacando que la familia es el lugar natural en el cual se nace y se muere. Es allí donde los mayores han de encontrar el cariño y la oportunidad de comunicar sus valores y experiencias y también ser puente entre generaciones. Ante ésta realidad El Papa Francisco en su catequesis del día 04 de marzo de 2015  sobre  el papel del anciano, manifestó que “la Iglesia no puede y no quiere adecuarse a una mentalidad de intolerancia, y menos aún de indiferencia y desprecio a los mayores. Debemos despertar el sentido colectivo de gratitud, de aprecio, de acogida, que haga sentir al anciano parte viva de su comunidad. Los ancianos son hombres y mujeres, padres y madres que nos han precedido en nuestras mismas calles, en nuestra misma casa, en nuestra batalla cotidiana por una vida digna. Son hombres y mujeres de quienes hemos recibido mucho. El anciano no es un extraterrestre. El anciano somos nosotros: dentro de poco, dentro de mucho, inevitablemente de todos modos, aunque no lo pensemos. Y si nosotros no aprendemos a tratar bien a los ancianos, así nos tratarán a nosotros”.
El Consejo Episcopal Latinoamericano - CELAM a través de su departamento de familia, vida y juventud, y en su momento el departamento de Laicos, manifestó su preocupación en acompañar la realidad de los Adultos Mayores en América Latina y El Caribe.  Veamos un breve recorrido:
En el año 1985, la sección de pastoral familiar del CELAM, realizo tres talleres regionales sobre esta temática, téngase en cuenta que en ese tiempo no se hablaba de adultos mayores: sino de viejos, ancianos o personas de la tercera edad. Como fruto de ésta reflexión fue publicado por el CELAM rostros de ancianos.
En el año 1999, el departamento de laicos del CELAM, tiene en cuenta la experiencia realizada por el departamento de familia, retoma los encuentros regionales con talleres a  través de su programa “familia, iglesia, estado y sociedad al servicio del adulto mayor con el fin de actualizar y acompañar la realidad del adulto mayor en el continente. Estos talleres fueron realizados en: Bogotá (Colombia) Santo Domingo (República Dominicana) Candelaria Cuscatlán (El Salvador) y en Ciudad del Este en el Alto Paraná (Paraguay) fruto de ello se publicó el documento Adultos Mayores en América latina y El Caribe.
Luego en el año 2.003, el CELAM realizó en panamá, el I encuentro latinoamericano de adultos mayores, para crear una mayor conciencia sobre el cuidado de la pastoral del adulto mayor.  Ante el fenómeno de la globalización y la despersonalización que se están dando en nuestra sociedad, se plantearon nuevas estrategias para acompañar, iluminar, promover y fortalecer la pastoral del adulto mayor.
En el año 2005, se realiza en Buenos Aires – Argentina, 26, 27 y 28 de agosto de 2005.II encuentro latinoamericano de pastoral de adultos mayores (II ELPAM) con el deseo de dar continuidad a lo ya iniciado en panamá en el 2003.  el objetivo general del encuentro promover y apoyar la coordinación de los responsables de la pastoral del adulto mayor de las conferencias episcopales de américa latina y el caribe para fortalecer una pastoral familiar que propenda por una mejor calidad de vida de aquellas personas que en su vida ascendente requieren de una atención especial.
Cabe destacar que el CELAM, ha participado en los diversos encuentros realizados por el movimiento vida ascendente.
En mayo del año 2017, el CELAM realiza el III encuentro latinoamericano de pastoral de adulto mayor en Guatemala,  con el objetivo de convocar a los responsables de la pastoral de adulto mayor de las conferencias episcopales de américa latina y el caribe, para propiciar la atención biopsicosocial y espiritual de los adultos mayores, ayudándoles a valorar su actual etapa de vida e incorporándoles lo más posible a la misión evangelizadora como transmisores de la fe, la tradición y la cultura.
En éste encuentro se definieron las líneas de acción para el período 2017 – 2019 para fortalecer la Pastoral del Adulto Mayor en toda la región en: Acompañamiento Pastoral. Familia. Espiritualidad y Formación.

ACOMPAÑAMIENTO PASTORAL

a) Sensibilizar en la Conferencias Episcopales para crear y/o fortalecer la Pastoral del Adulto Mayor en América Latina y El Caribe.
b) Buscar alianzas interinstitucionales
c) Optimizar los medios de comunicación locales para sensibilizar a la sociedad hacia el adulto mayor
d) Promover la celebración del Día del Abuelo (Adulto mayor/Ancianidad) para Fiesta de San Joaquín y Santa Ana
e) Promover que el adulto mayor sea misionero familiar.

FAMILIA

a) Elaborar material de sensibilización dirigido a las familias para conocer el valor del adulto mayor
b) Invitar y convocar a todos aquellos que estén interesados en participar en convivencias familiares con sus adultos mayores (a partir de los 65 años) para lograr una mejor integración.
c) A partir de las realidades identificadas ofrecer talleres y/o espacios  para atender a sus familias.
d) Cuando se hable de familia, se integre al adulto mayor (diseño de gráficos).

ESPIRITUALIDAD

a) Acercamiento para conocer los valores y la espiritualidad de los adultos mayores.
b) Enriquecer su espiritualidad: (Lectio divina, sacramentos, devociones populares) para que sean  Iglesia en salida.
c) Sensibilizar a los obispos y sacerdotes de la necesidad de atender espiritualmente al adulto mayor.
d) Promover realidades eclesiales que fomenten la espiritualidad del adulto mayor.

FORMACIÓN

a)   Elegir y formar a los agentes de Pastoral del Adulto mayor mediante subsidios que promuevan una atención biopsicosocial y espiritual con una mirada de misericordia y caridad.
b)    Se sugiere que los grupos de trabajo no sean mayores de 15 personas.
c)    Utilizar medios audiovisuales.
d)    Que los adultos mayores, como formadores, sean protagonistas con sus conocimientos y experiencia en todo proceso de formación.

Así mismo, El Celam a través de su plan global para éste cuatrienio 2015 al 2019 ha reafirmado compromiso con la familia y la pastoral del adulto mayor, buscando promover en comunión con las Conferencias Episcopales de América Latina y El Caribe, la cultura de la vida, haciendo de la familia eje transversal de toda acción pastoral y la atención pastoral al adulto mayor e incorporándoles lo más posible a la misión evangelizadora como trasmisores de la fe, de la tradición y la cultura.
Latinoamérica y El Caribe como Continente de la esperanza, reafirma su opción por la familia y la pastoral del Mayor.
Antes de culminar mi presentación, les invito que digamos al unísono la siguiente oración, donde encomendamos a las personas de la tercera edad:

Gracias Señor, por los años vividos, por la experiencia adquirida.
Gracias Señor, por la salud, por la niñez, por la familia.
Señor hoy que perdemos condiciones físicas pero no intelectuales queremos poner a Tu Servicio y al de nuestros hermanos los Talentos Multiplicados que Tú nos has dado.
Vamos caminando hacia la meta de La Plenitud, alegres de compartir.
Cuando se agoten las fuerzas es porque estamos camino a Ti.  Amén

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