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Acción de gracias en memoria de Clemencia O. Rodríguez García y Notas de condolencia recibidas.

ACCIÓN DE GRACIAS EN MEMORIA DE CLEMENCIA O. RODRÍGUEZ GARCÍA

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En la Eucaristía realizada en su memoria en la mañana del 24 de mayo de 2022 en la Capilla del Gimnasio Moderno, el sacerdote destacó la vida y obra de Clemencia como mujer de fe y de valores cristianos. A continuación de la comunión, leímos la Resolución 02 de Vida Ascendente en la cual proclamamos a nuestra Presidente como ejemplo de vida para la juventud; dicha Resolción a continuación fue entregada a su hermano Hernán Rodríguez García y a su sobrina.




De los grupos de asociaciones presentes físicamente en la Eucaristía acompañando a su familia extendida, destacamos la Familia Camiliana, la Asociación de Bacteriólogos Javerianos y a Vida Ascendente. La ceremonia se transmitió vía Meet y tuvo una audiencia nacional y latinoamericana.

  


Notas de condolencia recibidas:


Queridos/as todos/as, en Cristo Jesús:

 

Hace tres días la familia de nuestra Presidente Clemencia Ofelia Rodríguez García hizo pública la noticia de la decisión de ella de no contar más con cuidados extraordinarios para mantenerse con vida entre nosotros ante la inusitada y severa enfermedad que afronta con toda dignidad; dicha decisión fue convalidada por la Junta Médica y por la familia. Ha estado asistida por varios sacerdotes quienes la han ungido con los santos óleos.

 

La vida y obra de Clemencia ha sido ejemplar y como tal tendrá el mejor recibimiento celestial. Entregamos a ustedes, miembros y amigos de Vida Ascendente, copia de la Resolución con la cual institucionalmente la reconocemos  y agradecemos el privilegio de contar personal e institucionalmente con ella, de manera incondicional.

 

Por supuesto como seres humanos la pena de su partida nos aflige y lloramos no lágrimas amargas sino dulces, pues se va nuestra Presidente, sencilla y buena y muy grande: siempre te recordaremos Clemencia, vivirás en nuestro corazón.

 

Piedad Betancur

Jairo Morales C.

Anita Orjuela B.

Martha Elena Suárez V.

Bogotá, D.C., mayo 16, 2022.


 

CLEMENCIA NO HA MUERTO

 

Por Nelsa Beatriz Rey, Vida Ascendente Colombia.

 

Porque siempre estará presente en nuestras vidas

Por su espíritu religioso, servicial y humano,

Ha quedado en nuestros corazones

Como un ejemplo viviente en nuestros recuerdos

 

Clemencia, la mujer prudente

Y solidaria, quien transitaba por las calles

para brindar un servicio de hermandad

con la humildad de una violeta en la oscuridad-

 

Tu estilo de vida, será un ejemplo de generosidad

Con el silencio de la hospitalidad

Y tus obras en VIDA ASCENDENTE,

Brillarán por siempre en la oscuridad-

 

Donde quiera que estés, te diremos gracias

Por tus grandes proyectos de VIDA ASCENDENTE

Y te recordaremos por la eternidad

Como una amiga, plena de bondad-

BOGOTA-MAYO 17-2022-


 

 

Homenaje, póstumo

Oh, Señor, cubre con tu Paz en el Reino Celestial, a tu hija Clemencia Ofelia Rodríguez García, quien fuera Presidente de Vida Ascendente, en Colombia, que su espíritu, siempre estará en nuestras oraciones.

CLEMENCIA  OFELIA:

 

Cielo, bendito te recibe

La Gloria del Señor está

Eres espejo de Evangelio

Mansión celestial es tu morada

Eres de Vida Ascendente

Nido de cariño en Colombia

CLEMENCIA Ofelia en el recuerdo

Iluminada con luz celestial

Al ejemplo de bondad eres

 

Oh,Señor, cuida de ella

Fue de corazón grande

En el camino de la vida

Luz que alumbra hoy

Iluminará, nuestro espíritu

A ella recordaremos, en oración.

 

Con cariño y Paz... Julio Guillermo Pereyra Estela. VA-Perú. 17 Mayo 2022.


  Nuestra cofundadora de Vida Ascendente Ma. Elvira Uribe manifestó en audio su sentimiento de pesar y de reconocimiento de las virtudes de Clemencia. Además recibió el siguiente mensaje de nuestro Consiliario continental: "Hola María Elvira, nos avisaron que falleció Clemencia Rodríguez, de Bogotá. No tengo como comunicarme, si tú tienes llegada te pido que les transmitas  mi saludo y mi oración por ella. Gracias, abrazo, P. Oswaldo Montferrand, Consiliario Vida Ascendente América Latina y Caribe."


Qué noticia tan lamentable lo siento desde el fondo de mi corazón ella una mujer buena  , sencilla y solidaria se hizo querer por todos nosotros. Dios la tenga en su santa gloria estaremos orando para que nuestro señor lo acoja en su seno 🙏♥🙏 Carmen Rosa Sánchez, Perú.

San Miguel Arcángel la envuelva con sus Alas y la presente ante Nuestro Padre Celestial. Lucía Cabra, VA-Colombia.

Dios tenga en su Santa Gloria a nuestra compañera y hermana Clemencia, nuestras oraciones por su eterno descanso 🙏🏽🙏🏽🙏🏽 ADA PALACIOS, VA-Perú


Hoy como en los últimos meses pienso en Clemencia, cuántas alegrías, carcajadas, baile, amistad y unión trajo a nuestras vidas, a varios países latinoamericanos en un encuentro... cuántas enseñanzas a través de la humildad, del amor al servicio y de la reserva. Tal vez hubiese querido escucharla más, saber cómo se sentía y conversar, sin embargo ella hablaba con sus actos. 

Hoy la pienso diferente, me alegra saber que sus dolores físicos cesaron y ya se encuentra en paz con nuestro Dios, hoy su recuerdo se forja en nuestros corazones y nos anima a seguir algo de su ejemplo.

A todos los amigos de Vida Ascendente los abrazo con cariño en la distancia y escribo especialmente que los quiero mucho.

🙏🌺☀🙏🌺☀

Camila Bernal Orjuela, desde Colombia.

 

HERMANOS DE VIDA ASCENDENTE DE COLOMBIA. Que descanse nuestra Hermana Clemencia en la Gloria del SEÑOR. INVOQUEMOS con nuestras oraciones su Descanso Eterno. Esta noticia lacerante y dolorosa nos parte el alma. Clemencia sigue radiante en el corazón de quienes tenemos el privilegio, el honor y alegría de conocerla. Su sencillez, humildad y preocupación permanente por los más necesitados, resalta los valores que recibió desde su Hogar. Nosotros recibimos en Bogotá su permanente compañía y preocupación. El SEÑOR tiene para nuestra Hermana Clemencia el Lugar privilegiado de su AMOR.  El profundo dolor que sentimos elevemos al SEÑOR con nuestras permanentes oraciones. En nombre de todos los Miembros de Vida Ascendente de Perú damos nuestras más sentidas condolencias al Hermano, Familiares y amigos de Colombia, por nuestra Hermana CLEMENCIA RODRIGUEZ, que ha partido a la Presencia del SEÑOR.  Su alta calidad profesional y su gran sensibilidad humana que siempre lo puso al servicio de los más necesitados, caracterizó su vida. Deja un vacío muy grande en el seno de nuestro MOVIMIENTO en toda América. Siempre estará, muestra Hermana CLEMENCIA presente en nuestros corazones, mente y gratitud de todos nosotros. CLEMENCIA. Hermana nuestra, Descansa en PAZ en la presencia del SEÑOR. Orlando Cáceres, Presidente VA-Perú.

 

Mi querida Clemencia te fuiste sin que te podamos ver, pero tu recuerdo lo llevo en mi corazón, te recordaré con el cariño de siempre y recorreremos todos los lugares que hemos visitado juntas. Mi adorada Clemencia lloro porque soy humana pero sé que estás en los brazos de nuestra Madre la Virgen Santísima y de nuestro Señor y eso me consuela.  Descansa en paz mi querida amiga.  Goyita Sanmartín, VA-Perú

 

Es muy doloroso pero NUESTRO DIOS Y LA VIRGENCITA la querían Junto a Ellos. Paz y Fortaleza a su familia. Ella estará VIVA en nuestros corazones con su alegría humildad y sencillez contagiosa que descanses Hermana siempre te recordaremos. Carmen Vilchez, VA-Costa Rica.

 

Lamento mucho lo sucedido,  sé que estás al lado de nuestro Creador. Clemencia te digo: guardo tu amistad: sé que estas en nuestros corazones, gracias a Dios el permitirme conocerte, gracias por el don de servicio al prójimo, te queremos ayer,  hoy y siempre. Susana Cáceres, VA-Perú.

 

Estuve pocos días con ella y hoy estoy triste por su partida. Más allá de la Fe, soy humana y la separación duele.  La vi una mujer humilde. El Señor, sin duda la recibió en su misericordioso amor. Abrazo fuerte. Susana Tito, VA-Uruguay.

 

Amiguitos CHINAUTA !!!!

HOY no hay alegría en nuestro Grupo / pero si podemos CONSOLARNOS MUTUAMENTE, la Partida de Nuestra CLEMENCIA es dolorida/ NOSOTROS Todos personas de FE sabemos que Dios la ha acogido en su SANTO Reino con el Amor infinito de ÉL! Uniditos en Oración, por su Eterno Descanso! 🙏 Gracias AMIGOS CHINAUTICAS!   🙏🏻 Anita Orjuela Bravo.

 

Clemencia querida… que tu ejemplo de vida trascienda entre los que te conocimos y que tu cariño nos siga acompañando… Descansa en la paz del Señor.!!  Clelia, VA-Perú.

 

Susana Cáceres: Clemencia: eres nuestro angelito en el cielo,  gracias por tu don servicio con todos,  gracias. Descansa en paz.

Susana Tito: Paz… Mujer valiente.

Desde el CIELO nos guiará se adelantó Clemencia Oremos fuiste muy Valiente; muy poco estuvimos cerca pero Te conocí El gran amor a DIOS Y A LA VIRGENCITA que con su humildad y sencillez nos la contagiaste fortaleza a toda la familia CHINAUTA 2. Carmen Vilchez, VA-Costa Rica.

QUERIDA Clemencia te recordaremos siempre  por ese don que DIOS te regaló de amor y entrega a los demás; ya dejaste de sufrir y ahora  gozas del amor de Nuestro Padre  Celestial. Descansa en paz🙏🏻  Socorrito y  Matías, VA-México.

 

Clemencia siempre estarás con nosotros en nuestros corazones y te extrañamos, descansa en paz al lado del SEÑOR. Gloria VA Perú.

: También mi corazón se siente oprimido por la partida de CLEMENCIA, que descanse en paz , sus obras son un gran legado que permanecerá por siempre. Matías Palomares-VA-México.

Expreso mi dolor ante la muerte de Clemencia; ella nos seguirá guiando desde donde  esté. Alicia VA- Argentina.

HERMANOS:  Participamos su asistencia a la Misa por el Eterno Descanso de nuestra Hermana CLEMENCIA RODRIGUEZ, hoy Lunes a las 7pm.hora del Perú. Ingresar por Facebook a la Parroquia Cristo Salvador Chama. Orlando Cáceres, VA-Perú.

CLEMENCIA 🙏🏻 Gracias Señor por permitirle contemplar la Luz de tu Rostro Señor!   🙏🏻 Anita Orjuela, VA-Colombia.


 

 

 

 


Resolución N°02 de Vida Ascendente en honor a nuestra Presidente


Nuestra Presidente CLEMENCIA OFELIA RODRÍGUEZ GARCÏA hoy 16 de mayo de 2022 ha tenido su Pascua y está en la Casa del Señor. Esta mañana,Después de haber comunicado la noticia de abajo y la Resolución en la que la proclamamos como ejemplo de vida, Clemencia partió en paz.


Queridos/as todos/as, en Cristo Jesús:

Hace tres días la familia de nuestra Presidente Clemencia Ofelia Rodríguez García hizo pública la noticia de la decisión de ella de no contar más con cuidados extraordinarios para mantenerse con vida entre nosotros ante la inusitada y severa enfermedad que afronta con toda dignidad; dicha decisión fue convalidada por la Junta Médica y por la familia. Ha estado asistida por varios sacerdotes quienes la han ungido con los santos óleos.

La vida y obra de Clemencia ha sido ejemplar y como tal tendrá el mejor recibimiento celestial. Entregamos a ustedes, miembros y amigos de Vida Ascendente, copia de la Resolución con la cual institucionalmente la reconocemos  y agradecemos el privilegio de contar personal e institucionalmente con ella, de manera incondicional.

Por supuesto como seres humanos la pena de su partida nos aflige y lloramos no lágrimas amargas sino dulces, pues se va nuestra Presidente, sencilla y buena y muy grande: siempre te recordaremos Clemencia, vivirás en nuestro corazón.


Piedad Betancur

Jairo Morales C.

Anita Orjuela B.

Martha Elena Suárez V.

Mensaje del Papa Francisco para la II Jornada Mundial de los abuelos y ancianos.

 Mensaje del Papa Francisco para la II Jornada Mundial de los abuelos y ancianos.

Publicada el martes 10 de mayo de 2022, para la jornada del 24 de julio de 2022..

 


Querida hermana, querido hermano:  el versículo del salmo 92 “en la vejez seguirán dando frutos” (v.15) es una buena noticias, un verdadero “evangelio” que podemos anunciar al mundo con ocasión de la segunda jornada mundial de los abuelos y de los mayores.  Esto va a contracorriente respecto a lo que el mundo piensa de esta edad de la vida, y también con respecto a la actitud resignada de algunos de nosotros, ancianos,  que siguen adelante con poca esperanza y sin aguardar ya nada del futuro.

La ancianidad a muchos les da miedo.  La consideran una especie de enfermedad con la que es mejor no entrar en contacto.  Los ancianos no  nos conciernen – piensan – y es mejor que estén lo más lejos posible, quizás juntos entre ellos, en instalaciones donde los cuiden y que nos eviten tener que hacernos cargo de sus preocupaciones.  Es la “cultura del descarte”, esa mentalidad que, mientras nos hace sentir diferentes de los más débiles y ajenos a sus fragilidades, autoriza a imaginar caminos separados entre “nosotros” y “ellos”. Pero, en realidad, una larga vida – así enseña la Escritura- es una bendición, y los ancianos no son parias de los que hay que tomar distancia, sino signos vivientes de la bondad de Dios que concede vida en abundancia.  ¡Bendita la familia que honra a sus abuelos!

La ancianidad en efecto, no es una estación fácil de comprender, tampoco para nosotros que ya la estamos viviendo.  A pesar de que llega después de un largo camino, ninguno nos ha preparado para afrontarla, y casi parece que nos tomara por sorpresa.  Las sociedades más desarrolladas invierten mucho en esta edad de la vida pero no ayudan a interpretarla; ofrecen planes de asistencia, pero no proyectos de existencia.  Por eso es difícil mirar al futuro y vislumbrar un horizonte hacia el cual dirigirse.  Por una parte, estamos tentados de exorcizar la vejez, escondiendo las arrugas y fingiendo que somos siempre jóvenes, por otra, parece que no nos quedaría más que vivir sin ilusión, resignados a no tener ya “frutos que dar”.

El final de la actividad laboral y los hijos ya autónomos hacen disminuir los motivos por los que hemos gastado muchas de nuestras energías.  La consciencia de que las fuerzas declinan o la aparición de una enfermedad pueden poner en crisis nuestras certezas. El mundo –con los tiempos acelerados, ante los cuales nos cuesta mantener el paso- parece que nonos deja alternativa y nos lleva a interiorizar la idea del descarte. Esto es lo que lleva al orante del salmo a exclamar: “No me rechaces en mi ancianidad, no me abandones cuando me falten las fuerzas” (71,9)

Pero el mismo salmo –que descubre la presencia del Señor en las diferentes estaciones de la existencia- nos invita a seguir esperando.  Al llegar la vejez y las canas, Él seguirá dándonos vida y no dejará que seamos derrotados por el mal.  Confiando en Él encontraremos la fuerza para alabarlo cada vez más (v.14-20) y descubriremos que envejecer no implica solamente el deterioro natural del cuerpo o el ineludible pasar del tiempo, sino el don de una larga vida.  ¡Envejecer no es una condena, es una bendición!

Por ello debemos vigilar sobre nosotros mismos y aprender a llevar una ancianidad activa también desde el punto de vista espiritual, cultivando nuestra vida interior por medio de la lectura asidua de la Palabra de Dios, la oración cotidiana, la práctica de los sacramentos y la participación en la liturgia.  Y junto a la relación con Dios, las relaciones con los demás, sobre todo con la familia, los hijos, los nietos, a los que podemos ofrecer nuestro afecto lleno de atenciones; pero también con las personas pobres y afligidas a las que podemos acercarnos con la ayuda concreta y con la oración.  Todo esto nos ayudará a no sentirnos meros espectadores en el teatro del mundo, a no limitarnos a “balconear”, a mirar por la ventana.  Afinando, en cambio, nuestros sentidos para reconocer la presencia del Señor, seremos como “verdes olivos en la casa de Dios” (salmo 52,10), y podremos ser una bendición para quienes viven a nuestro lado.

La ancianidad no es un tiempo inútil en el que nos hacemos a un lado, abandonando los remos de la barca, sino que es una estación para seguir dando frutos.  Hay una nueva misión que nos espera y nos invita a dirigir la mirado hacia el futuro. “La sensibilidad especial de nosotros los ancianos, de la edad anciana , por las atenciones, los pensamientos y los afectos que nos hacen más humanos, debería volver a ser una vocación para muchos.  Y será una elección de amor de los ancianos hacia las nuevas generaciones”.  Es nuestro aporte a la revolución de la ternura, una revolución espiritual y pacífica a la que los invito a ustedes, queridos abuelos y personas mayores, a ser protagonistas.

El mundo vive un tiempo de pura prueba, marcado primero por la tempestad inesperada y furiosa de la pandemia, luego, por una guerra que afecta la paz y el desarrollo a escala mundial.  No es casual que la guerra haya vuelto en Europa en el momento en que la generación que la vivió en el siglo pasado está desapareciendo.  Y estas grandes crisis pueden volvernos insensibles al hecho de que hay otras “epidemias” y otras formas extendidas de violencia que amenazan a la familia humana y a nuestra casa común.

Frente a todo esto, necesitamos un cambio profundo, una conversión que desmilitarice los corazones, permitiendo que cada uno reconozca en el otro a un hermano.  Y nosotros, abuelos y mayores, tenemos una gran responsabilidad:  enseñar a las mujeres y a los hombres de nuestro tiempo a ver a los demás con la misma mirada comprensiva y tierna que dirigimos a nuestros nietos. Hemos afinado nuestra humanidad haciéndonos cargo de los demás y hoy podemos ser maestros de una forma de vivir pacífica y atenta con los más débiles. Nuestra actitud tal vez pueda ser confundida con debilidad o sumisión, pero serán los mansos, no los agresivos ni los prevaricadores, los que heredarán la tierra (Mt 5,5).

Uno de los frutos que estamos llamados a dar es el de proteger en mundo. “Todos hemos pasado por las rodillas de los abuelos, que nos han llevado en brazos, pero hoy es el tiempo de tener sobre nuestras rodillas – con la ayuda concreta o al menos con la oración – junto con los nuestros, a todos aquellos nietos aterrorizados que aún no hemos conocido y que quizás huyen de la guerra o sufren por su causa.  Llevemos en nuestro corazón – como hacía San José, padre tierno y solícito – a los pequeños de Ucrania, de Afganistán, de Sudán del Sur.

Muchos de nosotros hemos madurado una sabia y humilde consciencia, que el mundo tanto necesita. No nos salvamos solos, la felicidad es un pan que se come juntos.  Testimoniémoslo a aquellos que se engañan pensando encontrar realización personal y éxito en el enfrentamiento.  Todos,  también los más débiles, pueden hacerlo.  Incluso dejar que nos cuiden – a menudo personas que provienen de otros países – es un modo para decir que vivir juntos no solo es posible, sino necesario.

Queridas abuelas y queridos abuelos, queridas ancianas y queridos ancianos, en este mundo nuestro estamos llamados a ser artífices de la revolución de la ternura. Hagámoslo aprendiendo a utilizar cada vez más y mejor el instrumento más valioso que tenemos y que es el más apropiado para nuestra edad: el de la oración. “Convirtámonos también nosotros un poco en poetas de la oración: cultivemos el gusto de buscar palabras nuestras, volvamos a apropiarnos de las que nos enseña la Palabra de Dios”.  Nuestra invocación confiada puede hacer mucho, puede acompañar el grito de dolor del que sufre y puede contribuir a cambiar los corazones.  Podemos ser “el coro” permanente de un gran santuario espiritual, donde la oración de súplica y el canto de alabanza sostienen a la comunidad que trabaja y lucha en el campo de la vida”.

Es por eso que la Jornada Mundial de los Abuelos y los Mayores es una ocasión de decir una vez más, con alegría, que la Iglesia quiere festejar con aquellos a los que el Señor –como dice la Biblia- les ha concedido “una edad avanzada”.  ¡Celebrémosla juntos!  Los invito a anunciar esta Jornada en sus parroquias y comunidades, a ir a visitar a los ancianos que están más solos, en sus casas o en las residencias donde viven.  Tratemos que nadie viva este día en soledad.  Tener alguien a quien esperar puede cambiar el sentido de los días de quien ya no aguarda nada bueno del futuro, y de un primer encuentro puede nacer una nueva amistad.  La visita a los ancianos que están solos es una obra de misericordia de nuestro tiempo.

Pidamos a la Virgen, Madre de la Ternura, que nos haga a todos artífices de la revolución de la ternura, para liberar juntos al mundo de la sombra de la soledad y del demonio de la guerra.  Que mi bendición, con la seguridad de mi cercanía afectuosa, llegue a todos ustedes y a sus seres queridos.  Y ustedes, por favor, no se olviden de rezar por mí.

Francisco