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Encuentro Vida Ascendente Mayo de 2023

 Aspectos de nuestro encuentro Vida Ascendente Fómeque, Cundinamarca, el 9 de mayo de 2023.


Como fue usual antes de la pandemia y en diciembre pasado continuamos nuestros encuentros con grupos de personas mayores en nuestro Departamento de Cundinamarca. Tuvimos una recepción nunca vista pues el grupo de baile nos recibió con una serie de danzas del Caribe colombiano, cumbias y merengues.


A continuación dos de nuestras poetas cantaron coplas y declamaron poesías, varias de ellas de su propia autoría. Compartimos un refrigerio y compartimos una charla de Jairo Morales sobre los carismas de Vida Ascendente y la importancia de mantener comunidades de apoyo, alegres y en torno de la Palabra de Dios y la intercesión de María santísima.



La profesora Nelsa Beatriz y nuestra Presidente Piedad Betancourt son muy populares en el grupo de Fómeque, pues llevan varios años acompañando y compartiendo amistad, espiritualidad y apostolado. 



En esta fotografía se aprecia el grupo de danzas a su entrada al escenario. Sentado a la izquierda, nuestro Vicepresidente Enrique Cruz Rodríguez que agradeció junto con la Presidente y con la profesora Nelsa Beatriz Rey, la preparación de tan bonitos números culturales.



A cada uno de los participantes entregamos una camándula (serie de cuentas o bolitas unidos por una cadena para hacer el rosario), que les enviaron por medio de nuestra Presidente Piedad Betancourt una pareja de donantes anónimos de Bogotá.

EL CUIDADO ES UN DERECHO HUMANO: LA OPORTUNIDAD PARA SU CONSAGRACIÓN EN EL SISTEMA INTERAMERICANO

El cuidado es un derecho humano: La oportunidad para su consagración en el Sistema Interamericano

Por: Laura Pautassi

24 de Mayo de 2023

Foto de National Cancer Institute en Unsplash.

La Corte Interamericana emitirá una opinión consultiva con respecto a las obligaciones estatales en materia de derecho al cuidado, ¿qué implicancias tiene esto y cuál es su importancia?

Derecho al cuidado en América Latina: perspectivas generales

El cuidado, los cuidados, son centrales para la sostenibilidad de la vida, ya que abarcan una serie de tareas indispensables para satisfacer las necesidades básicas de la existencia y reproducción de las personas. Al cuidar se ofrecen elementos físicos y simbólicos (afectivos) que posibilitan la vida de cada persona y el mantenimiento de la sociedad. Incluye el autocuidado (como alimentarse e, higienizarse), el cuidado directo (especialmente para personas dependientes por razones de edad, como niños, niñas y adolescentes (NNA) o personas mayores), la provisión de las precondiciones en que se realiza el cuidado (preparar alimentos o limpiar) y la gestión (coordinar horarios y traslados a centros de salud). Estas tareas históricamente han sido asignadas a las mujeres, de manera no remunerada, con impacto directo respecto a las formas de organización económica, social y política, conformando una injusta división del trabajo según género (productivo y de cuidado).

La definición del cuidado como trabajo fue parte de las contribuciones feministas, fundamentadas en robustos desarrollos conceptuales e interdisciplinarios, demostrando cómo estas tareas producen valor económico y contribuyen directamente al PIB. Así, se dispone de información en diez países de la región que muestran que el aporte monetario del trabajo no remunerado de los hogares aporta entre un 15,9% y un 27,6%. A la par que garantizan la sostenibilidad de la vida, su forma de organización conforma un núcleo central de desigualdad de carácter estructural. Esta situación obedece, entre otras razones, a la segmentación de los mercados de trabajo con elevados índices de informalidad laboral que afectan mayoritariamente a las mujeres, y entre ellas a las jóvenes y menos educadas. En promedio, las mujeres en América Latina trabajan cerca del triple del tiempo que los varones, especialmente en tareas de cuidado, lo cual condiciona las trayectorias laborales de las mujeres con mayor incidencia en la pobreza. Así, de acuerdo con las encuestas de uso del tiempo, las mujeres latinoamericanas destinan un 19,6% de su tiempo al trabajo doméstico y de cuidados no remunerado, en cambio los varones solo destinan a estas tareas un 7,3% del tiempo.

En el campo normativo, las regulaciones históricas del derecho civil y de familias reprodujeron sesgos de género, a partir del establecimiento de obligaciones relacionadas con el cuidado para hijas y hijos y progenitores de manera individual, donde la figura de la patria potestad se consolidó como un mecanismo de sujeción a los mandatos masculinos. El otro ámbito regulatorio por excelencia fue el derecho laboral y de la seguridad social, a partir de prestaciones para quienes se desempeñan en un empleo formal, de corte maternalista, que consideran el tiempo (licencias), dinero (transferencias) e infraestructura (espacios de cuidado). Posteriormente, se sumaron los esquemas de protección social con los Programas de Transferencias Condicionadas de Ingresos (PTCI), que vinculan la prestación a una posición (madre, pobre, vulnerable), estructurando las políticas sociales en América Latina.

El estado actual del debate

Los estudios empíricos muestran que la actual organización social del cuidado en América Latina es injusta, tanto en términos de género como en términos socioeconómicos, lo que ha conformado un “diamante del cuidado”, compuesto por diversos agentes (Estado, mercados, familias y organizaciones sociales y comunitarias). Sin embargo, no se establecieron regulaciones ni políticas integrales que coordinen a estas cuatro aristas, existiendo en la mayoría de los países respuestas parciales. Estas trasladan las responsabilidades a las familias y, dentro de ellas, a las mujeres.

Es en este siglo XXI que se instala en la agenda pública la problemática del cuidado, con la adopción de diversas medidas que eliminan las discriminaciones existentes en el mundo de lo público. Pero estas no resultan suficientes para incorporar activamente a los varones en el cuidado, como tampoco al Estado y al sector privado. Buscando sortear estos límites, se destaca la revisión realizada, desde un enfoque de derechos humanos, que permitió identificar que en los pactos y tratados internacionales se encuentran establecidas obligaciones concretas a los Estados respecto al cuidado.  Sirva como ejemplo la Convención de Derechos del Niño que establece en el artículo 3 que “Los Estados Partes se asegurarán de que las instituciones, servicios y establecimientos encargados del cuidado o la protección de los niños cumplan las normas establecidas por las autoridades competentes, especialmente en materia de seguridad, sanidad, número y competencia de su personal, así como en relación con la existencia de una supervisión adecuada”, o en el caso de la CEDAW que establece las obligaciones compartidas entre ambos progenitores al señalar que los Estados partes tomarán medidas para: “b) Garantizar que la educación familiar incluya una comprensión adecuada de la maternidad como función social y el reconocimiento de la responsabilidad común de hombres y mujeres en cuanto a la educación y al desarrollo de sus hijos, en la inteligencia de que el interés de los hijos constituirá la consideración primordial en todos los casos” (CEDAW, art. 5, inc. b). Si bien inicialmente no se utiliza el concepto de cuidados –sino el de protección a la maternidad, a personas con discapacidad–se identificaron tres dimensiones centrales que precisan que es un trabajo y un derecho humano: “el derecho a cuidar, a ser cuidado y al autocuidado”.


Estas dimensiones, presentes en la normativa y el corpus de derechos humanos, transformaron la mirada estática y habilitaron la posibilidad de reconsiderar el alcance de las obligaciones vinculadas al cuidado, ya que la titularidad y definición normativa considera a este derecho en relación con las personas prestadoras, receptoras o titulares del cuidado. Así lo vincula con los conceptos de vida digna, bienestar, protección a las familias, a la maternidad, a los NNA, a las personas mayores, entre otros. A partir de este reconocimiento, la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores (2015), menciona específicamente al cuidado y sistema de cuidados. Es decir, se produjo una evolución en el corpus de derechos humanos, pero para ello fueron centrales los consensos alcanzados en Conferencias Regionales de la Mujer de América Latina y el Caribe, que integran los gobiernos, las organizaciones de mujeres, de la sociedad civil y de derechos humanos. De esta manera, desde el año 2007, con la Conferencia de Quito, hasta la última que es el Compromiso de Buenos Aires (2022), se ha reconocido y reafirmado que el cuidado es un derecho humano, promoviendo la creación —en aproximadamente quince países de la región—de sistemas nacionales o locales de cuidado. Por otra parte, a nivel constitucional, se va incorporando el derecho al cuidado, tal como ocurrió en la nueva Constitución de la  Ciudad de México (2017). 

La solicitud de Opinión Consultiva ante la Corte Interamericana

En este contexto, en enero de 2023, la República Argentina elevó una solicitud de Opinión Consultiva a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, en la que recupera los anteriores desarrollos. La solicitud se fundamenta en que se requiere profundizar en estándares concretos respecto a la consideración del derecho a cuidar, a ser cuidado y al autocuidado. Asimismo, da cuenta de la necesidad de establecer el alcance de las obligaciones positivas y negativas que corresponden a los Estados, definiendo contenidos mínimos y compromisos presupuestarios y elaborando indicadores de progreso para que sean incluidos en los mecanismos ya existentes de monitoreo, como el caso del Protocolo de San Salvador. De esta manera, se considera central incorporar evidencia empírica que permita verificar el grado efectivo de cumplimiento.     

A lo anterior, le siguen preguntas vinculadas a las obligaciones estatales fundamentadas en el derecho a la igualdad y no discriminación, en el que se solicitó que se precisen las medidas que deben adoptar los Estados al respecto, vinculándolo también con el derecho a la vida (art. 4 de la Convención Americana y art. 6 de la Convención sobre Personas Mayores). Asimismo, se solicitó a la Corte que se explaye sobre la interdependencia del derecho al cuidado con otros derechos, como el derecho al trabajo, a la salud y la educación.

En definitiva, es de suma relevancia acompañar activamente este proceso consultivo, en tanto va a permitir cristalizar una esfera que por siglos ha sido invisibilizada, precisando las obligaciones para los Estados, pero también para otros agentes. De esta manera, la Opinión Consultiva constituye una posibilidad para promover procesos de cambio cultural y políticas públicas que garanticen protección y satisfacción del derecho a cuidar, a ser cuidado y al autocuidado de cada persona.

Citación académica sugerida: Pautassi, Laura. El cuidado es un derecho humano: La oportunidad para su consagración en el Sistema Interamericano. 2023/05/24. Disponible en: https://agendaestadodederecho.comel-cuidado-es-un-derecho-humano/

Palabras clave: Derecho al cuidado; Corte Interamericana de Derechos Humanos; América Latina; Solicitud de opinión consultiva.

Reflexión del Papa Francisco en preparación a la Jornada Mundial de Abuelos y Mayores, envío motivado de nuestro Consiliario P.Osvaldo Montferrand

 Queridos amigos y amigas

Como preparación de la Jornada Mundial de los Abuelos y Mayores, de este

año, el Papa Francisco nos regaló ayer una hermosa reflexión que quiero

enviarla para que llegue a todos ustedes y también para que puedan hacerla

conocer a otros.

El tema de esta reflexión se centra en la cercanía de fechas entre nuestra

Jornada Mundial y la que tendrán este año los Jóvenes, al comienzo de agosto

en Lisboa, Portugal. Pide gestos concretos a los jóvenes y encomienda e

nuestra oración su encuentro.

Tenemos que agradecer a Dios vivir este momento tan especial en la historia

de la Iglesia, este momento donde el Papa está continuamente aportando su

palabra para que en todas partes los abuelos y los mayores seamos valorados.

El Papa se refiere en primer lugar al Pueblo santo de Dios, nuestra Iglesia, sus

diócesis, parroquias, instituciones y comunidades. Que se cuente con un

espacio para los mayores, un ámbito donde pueda sentirse “como el abuelo en

casa”.

Aprovecho para saludarlos, cuidémonos del frío que ya ha llegado. Dios los

bendiga en este día del Sagrado Corazón, y que María nos acompañe siempre.


P. Osvaldo 16 junio 2023


Mensaje del Papa Francisco

para la 3ª Jornada Mundial de los Abuelos y los Mayores 23 julio 2023


“Su misericordia se extiende de generación en generación” Lc 1,50

Queridos hermanos y hermanas:

“Su misericordia se extiende de generación en generación” este es el tema de

la 3ª Jornada Mundial de los Abuelos y los Mayores. Es un tema que nos

reconduce a aquel encuentro bendito entre la joven María y su parienta anciana

Isabel. Esta, llena del Espíritu Santo, se dirige a la Madre de Dios con palabras

que, a distancia de milenios, acompasan nuestra oración cotidiana: “Bendita tu

eres entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre”. Y el Espíritu

Santo que ha descendido ya sobre María, la impulsa a responder con el

Magníficat, en el que proclama que la misericordia del Señor se extiende de

generación en generación. El Espíritu Santo bendice y acompaña cada

encuentro fecundo entre generaciones distintas, entre abuelos y nietos, entre

jóvenes y ancianos. Efectivamente, Dios desea que como hizo María con

Isabel, los jóvenes alegren el corazón de los ancianos, y que adquieran

sabiduría de sus vivencias. Pero sobre todo, el Señor desea que no dejemos

solos a los ancianos, que no los releguemos a los márgenes de la vida, como

por desgracia sucede frecuentemente.

Es hermosa, este año, la cercanía entre la celebración de la Jornada Mundial

de los abuelos y los Mayores y la de la Juventud, ambas tienen como tema la

prisa de María para ir a visitar a Isabel, y de ese modo nos llevan a reflexionar

sobre el vínculo entre los jóvenes y los ancianos. El Señor espera que los

jóvenes al encontrarse con los ancianos, acojan la llamada a custodiar la

memoria y reconozcan, gracias a ellos, el don de pertenecer a una historia más

grande. La amistad con una persona anciana ayuda al joven a no reducir la

vida al presente y a recordare que no todo depende de las capacidades. Para

los más ancianos en cambio, la presencia de un joven les da esperanza de que

todo lo que han vivido, no se perderá y que sus sueños pueden realizarse. En

definitiva, la visita de María a Isabel y la consciencia de que la misericordia del

Señor se transmite de una generación a la otra, revelan que no podemos

avanzar, y mucho menos salvarnos, solos y que la intervención de Dios se

manifiesta siempre en lo conjunto, en la historia de un pueblo. Es María misma

quien lo dice en el Magníficat, exultando en Dios que ha obrado maravillas

nuevas y sorprendentes, fiel a las promesas hechas a Abrahán.

Para acoger mejor el estilo de actuar de Dios, recordemos que el tiempo tiene

que ser vivido en su plenitud, porque las realidades más grandes y los sueños

más hermosos no se realizan en un momento, sino a través de un crecimiento

y una maduración; en camino, en diálogo, en relación. Por ello, quien se

concentra solo en lo inmediato, en conseguir beneficios para sí rápida y

ávidamente, en tener “todo enseguida”, pierde de vista el actuar de Dios. Su

proyecto de amor, por lo contrario, atraviesa pasado, presente y futuro, abraza

y pone en comunicación las generaciones. Es un proyecto que va más allá de

nosotros mismos, pero en el que cada uno de nosotros es importante, y sobre

todo está llamado a ir “más allá”. Para los más jóvenes se trata de ir más allá

de esa inmediatez en la que se confina la realidad virtual, la cual muchas veces

distrae de la acción concreta, en el caso de las personas mayores se trata de

no hacer hincapié en las fuerzas que decaen y de no lamentarse por las

ocasiones perdidas. Miremos hacia adelante. Dejémonos plasmar por la gracia

de Dios que, de generación en generación, nos libra del inmovilismo en el

actuar y de los remordimientos del pasado.

En el encuentro entre María e Isabel, entre jóvenes y ancianos, Dios nos da su

futuro. El camino de María y la acogida de Isabel abren las puertas a la

manifestación de la salvación. A través de su abrazo, la misericordia de Dios

irrumpe con una gozosa mansedumbre en la historia humana. Quisiera pues

invitar a cada uno de ustedes a pensar en aquel encuentro, más aún, en cerrar

los ojos e imaginar, como en una foto, aquel abrazo entre la joven Madre de

Dios y la madre anciana de san Juan Bautista, a representarlo en la mente y a

visualizarlo en el corazón, para fijarlo en el alma como un luminoso icono

interior.

Y los invito además a pasar de la imaginación a la realización de un gesto

concreto para abrazar a los abuelos y los ancianos. No los dejemos solos, su

presencia en las familias y en las comunidades es valiosa, nos da la

consciencia de compartir la misma herencia y de formar parte de un pueblo en

el que se conservan las raíces. Si, son los ancianos quienes nos transmiten la

pertenencia al Pueblo santo de Dios. Tanto la Iglesia como la sociedad los

necesita. Ellos entregan al presente un pasado necesario para construir el

futuro. Honrémoslos. No nos privemos de su compañía y no los privemos de la

nuestra, no permitamos que sean descartados.

La Jornada Mundial de los Abuelos y de los Mayores quiere ser un pequeño y

delicado signo de esperanza para ellos y para toda la Iglesia. Renuevo por ello

mi invitación a todos- diócesis, parroquias, asociaciones y comunidades- a

celebrar esta Jornada poniendo en el centro la alegría desbordante de un

renovado encuentro entre jóvenes y ancianos. A ustedes jóvenes que se están

preparando para ir a Lisboa o que vivirán la JMJ en sus lugares de origen,

quisiera decirles: antes de ponerse en camino van a encontrar a sus abuelos,

hagan una visita a un anciano que esté solo. Su oración los protegerá y

llevarán en el corazón la bendición de ese encuentro. A ustedes ancianos les

pido que acompañen con la oración a los jóvenes que van a celebrar la

Jornada Mundial de la Juventud. Estos muchachos son la respuesta de Dios a

sus peticiones, el fruto de lo que sembraron, el signo de que Dios no abandona

a su pueblo, sino que siempre lo rejuvenece con la fantasía del Espíritu Santo.

Queridos abuelos, queridos hermanos y hermanas mayores, que la bendición

del abrazo entre María e Isabel los alcance y colme de paz vuestros corazones.

Los bendigo con afecto y ustedes, por favor, recen por mí.

Francisco

Ingresos, salud y educación, claves para la autonomía en la población mayor

 Fuente: Fundación Saldarriaga Concha

Ingresos, salud y educación, claves para la autonomía en la población mayor

Ingresos, salud y educación, claves para la autonomía en la población mayor

El maltrato a la población adulta mayor es un problema mundial. Aunque los países en vía de desarrollo y los desarrollados no lo documentan suficientemente, Naciones Unidas estima que la tasa de prevalencia se sitúa entre 1 y 10% y señala que es una cuestión social y moral indiscutible.

Una manera de contrarrestarlo es con autonomía de las personas cuando llegan a la vejez, que en gran parte la logran tener con una buena salud. La Organización Mundial de la Salud (OMS) define el envejecimiento saludable como el proceso de fomentar y mantener la capacidad funcional que permite el bienestar en la vejez.

Esto se consigue con un sistema de salud robusto que “atienda las necesidades y las situaciones que antes no existían”, como señaló Soraya Montoya, directora ejecutiva de la Fundación Saldarriaga Concha, cuando presentó la Misión Colombia Envejece-Una Investigación Vivaestudio realizado por Fedesarrollo, la Fundación Saldarriaga Concha, la Universidad ICESI y el DANE, que entre otras cosas señala recomendaciones para asumir los retos y las oportunidades que implica el aumento en el número de las personas mayores.

En el caso de salud, aconseja al país generar modelos diferenciales de atención y promoción en salud; sensibilizar al personal de salud y comunidad sobre la enfermedad mental y la persona mayor (la mitad de las personas mayores tienen problemas de depresión); fortalecer la implementación de las guías de práctica clínica;  promover nuevos modelos de prestación de servicios y tener una oferta de formación continua en salud a las personas mayores.

Estas sugerencias están ligadas a la mayor expectativa de vida, que demanda decisiones inmediatas frente al uso de los recursos y al número de atenciones que exige el rápido cambio demográfico.

Por ejemplo, entre los años 2014 y 2020 el país reportó un gasto en salud de aproximadamente 70 billones de pesos, con cerca de 40% destinado a la atención de personas mayores de 75 años.

Además, el número de atenciones se incrementó de 27 millones en 2009 a 117 millones en 2019, en promedio 12 atenciones por persona mayor en 2020; cifra que supera el promedio de la población general, de ocho atenciones por persona. (Más cifras de interés)

Educación toda la vida

En cuanto a la educación, la investigación señala, entre otras acciones, la necesidad de implementar políticas de reeducación y reconversión laboral que actualicen las habilidades de la población mayor, así como diseñar e implementar una política educativa para todo el curso de la vida.

Su conclusión es que ofrecer a las personas mayores herramientas para complementar su experiencia y sus capacidades genera retornos para ellas y para la sociedad. Mucho más al tener en cuenta su situación actual educativa. 

En Colombia 8,4% de las personas entre 60 y 64 años reporta no haber alcanzado ningún nivel de escolaridad, cifra que aumenta a 26,2% para la población de más de 85 años, como revela Misión Colombia Envejece-Una Investigación Viva.

Además, dos de cada tres personas analfabetas son mayores de 60 años; 48,1% de las personas mayores alcanzaron la primaria como máximo nivel educativo y 15,2% alcanzó un nivel de educación superior. Y el 60,5% de las personas mayores no saben usar internet (Más información sobre educación).

Promoción y apoyo a la economía silver

Los bajos niveles educativos y la incertidumbre en la situación laboral y pensional de quienes sobrepasan los 60 años también son riesgos para el maltrato de las personas mayores, por cual el país requiere tomar medidas.

La investigación muestra que en Colombia la mayoría de las personas mayores no tienen protección económica. Por un lado, a medida que aumenta la edad disminuye el empleo asalariado, que es sustituido por el empleo de cuenta propia: 57,7% de las personas entre 50 a 59 años tienen empleo por cuenta propia; 69,3% de las personas entre 60 a 69 años tienen este tipo de empleo y, en el caso de las mayores de 70 años, es 82%.

Por otro lado, solo una de cada cuatro personas mayores recibe pensión y la cobertura es mucho menor en las mujeres. Por ello la principal fuente de ingreso de esta población es la ayuda de hogares e instituciones (Encuentre más datos de ingresos).

Para hacer frente a esta situación, Misión Colombia Envejece-Una Investigación Viva recomienda: fomentar la economía plateada incentivando mecanismos para el apoyo financiero y la capacitación de personas mayores que potencien sus emprendimientos e incluir el enfoque de género en el fomento del emprendimiento para superar las barreras a las que se enfrentan las mujeres mayores.

Garantizar un básico de seguridad económica en la vejez es un factor de bienestar, ya que está ligado de forma directa con el acceso a servicios de salud de calidad, la posibilidad de pagar servicios de cuidado, una mayor inclusión y participación social y un mejor estado de salud mental.

Recuperado de: https://t.co/f6Bl47gTdG el 21 JUN 2023

DATOS DE LA OMS sobre el envejecimiento

DATOS DE LA OMS sobre el envejecimiento 

¿Qué es el Envejecimiento Saludable?

El Envejecimiento Saludable es el proceso de fomentar y mantener la capacidad funcional que permite el bienestar en la vejez. La capacidad funcional consiste en tener los atributos que permiten a todas las personas ser y hacer lo que para ellas es importante.


Abordar la violencia de género en la vejez: políticas, legislación y respuestas de base empírica

En el contexto de la celbración del Día el año pasado, la Organización Mundial de la Salud (OMS) —en colaboración con el Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas (DAES), la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH), el Fondo de Población de las Naciones Unidas (UNFPA), ONU MUJERES y con el apoyo de la Red Internacional para la Prevención del Maltrato a las Personas Mayores— publicó Combatir el maltrato de las personas mayores: cinco prioridades para la Década de las Naciones Unidas del envejecimiento saludable (2021–2030). El documento esbozaba las prioridades clave para prevenir y responder al maltrato de las personas mayores y, de este modo, contribuir a mejorar su salud, bienestar y dignidad. Este año, la conmemoración del Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez proporciona información actualizada sobre la aplicación de estas prioridades.

En vísperas del 75º aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos (DUDH), las celebraciones del Día también conectarán con la campaña de un año que promueve los 75 años de la Declaración. En el mes de junio, la campaña se centra en concienciar sobre el legado, relevancia y activismo de la Declaración en relación con los derechos de la mujer; y así el tema del Día Mundial de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato en la Vejez de 2023  es "Abordar la violencia de género en la vejez: políticas, leyes y respuestas de base empírica", que se celebrará en en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York.

 

¿Sabías que...?

  • Aproximadamente 1 de cada 6 personas mayores de 60 años sufrieron algún tipo de abuso en entornos comunitarios.
  • Las tasas de maltrato a personas mayores son altas en instituciones como residencias de ancianos y centros de atención de larga duración: 2 de cada 3 trabajadores de estas instituciones indican haber infligido malos tratos en el último año.
  • Las tasas de maltrato a las personas de edad han aumentado durante la pandemia de COVID-19.
  • El maltrato de las personas mayores puede conllevar graves lesiones físicas y consecuencias psicológicas prolongadas.
  • Se prevé un aumento del problema por el envejecimiento de la población en muchos países.
  • La población mundial de mayores de 60 años se duplicará con creces, de 900 millones en 2015 a unos 2000 millones en 2050.
  • La protección de nuestros ancianos

    Entre 2019 y 2030, se prevé que el número de personas de 60 años o más aumente en un 38%, de mil millones a 1,4 mil millones, superando en número a la juventud a nivel mundial, y este crecimiento será especialmente mayor y más rápido en las regiones en vías de desarrollo, y requiere que se preste mayor atención a los desafíos específicos que afectan a las personas mayores, incluso en el campo de los derechos humanos.

    El maltrato de las personas mayores es un problema social que existe en los países en desarrollo y desarrollados y, por lo general, no se notifica suficientemente en todo el mundo. Tan solo en unos pocos países desarrollados hay tasas de prevalencia o estimaciones, que se sitúan entre un 1% y un 10%. Aunque se desconoce la magnitud del maltrato de los ancianos, su importancia social y moral es indiscutible. Por este motivo, este problema requiere una respuesta mundial multifacética que se centre en la protección de los derechos de las personas de edad.

    Las formas de definir, detectar y resolver el maltrato de las personas mayores tienen que enmarcarse en el contexto cultural y considerarse junto con los factores de riesgo que tienen una especificidad cultural. Por ejemplo, en algunas sociedades tradicionales se obliga a las viudas de edad a casarse de nuevo, mientras que en otras las mujeres mayores que viven solas son acusadas de practicar la brujería. Desde una perspectiva sanitaria y social, si los sectores de atención primaria de salud y los servicios sociales no están bien preparados para detectar y resolver el problema, el maltrato de los ancianos seguirá estando semioculto.

  • Actualmente, la mayoría de las personas viven más y una proporción significativa de la población mundial son personas mayores. Para 2050, la población mundial de personas mayores de 60 años se duplicará. Este cambio demográfico tiene fuertes implicaciones para el desarrollo sostenible.

  • Recuperado de: https://www.who.int/es/initiatives/decade-of-healthy-ageing el 21 JUN 2023