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DOLORES, ESPERANZAS Y ALEGRÍAS. Nuestra vida ascendente en pandemia. Mensaje de Navidad.

DOLORES, ESPERANZAS Y ALEGRÍAS.

Nuestra vida ascendente en pandemia. Mensaje de Navidad.

Hace casi  dos años que mantenemos situaciones difíciles extendidas en forma de pandemia, afectando no solo la salud y la vida de millones de personas, sino su economía con la disminución de la producción y el consumo en casi todos los renglones llegando a paralizar completamente por semanas y por meses la movilidad de toda la sociedad. En forma de oleadas se agitan los niveles de contagio y en el presente se vive una tensa calma sabiendo que se puede aproximar un nuevo pico de la pandemia en cabeza no solo de la variante Delta sino ahora de la Ómicron.

La vida es un derecho precario en especial de los más vulnerables, ancianos y pobres, que en las estadísticas son la mayoría de los fallecidos, muchos de ellos viven la tragedia del hambre, la enfermedad; la muerte se ha vuelto muy familiar, como si hiciera parte del paisaje cotidiano. A los jóvenes no les importa el riesgo de contagio por la pandemia y se arriesgan a enfrentar la vida en las calles.

La situación social es muy grave. Unos meses atrás tuvimos una conversación personal con el Obispo de Fontibón, Mons. Juan Vicente Córdoba, S.J. quien nos compartió la problemática de las parroquias y de las familias en los sectores más vulnerables; cerca de 50 parroquias que bordean nuestro contaminado Río Bogotá. Hay urgencia de solidaridad global en el tema de las vacunas y urgencia de solidaridad local para paliar el hambre, la inseguridad y la atención médica con períodos donde se desborda el cupo de camas de atención de urgencia y se demoran mucho las cirugías necesarias de los pacientes que las necesitan.

¿Cuál ha sido nuestra respuesta? Nuestros directivos mantienen comunicación telefónica con algunos de los grupos de personas mayores en distintas zonas de la ciudad para acompañarnos en la distancia según  nuestros carismas en Vida Ascendente, y somos conscientes de que en todo momento pero más ante la tragedia tenemos que discernir según los vientos del Espíritu sobre cómo nos ha cambiado la vida y sobre cómo vamos a hacer para adaptarnos como personas, familias y miembros de un Movimiento. Discernir sobre la misión del Movimiento ante tantas dificultades inéditas que se han vuelto globales.

Debemos privilegiar la salud espiritual. En el continente de la esperanza, Vida Ascendente es impulsada por el Espíritu mediante la Palabra, la orientación de sus Obispos y sacerdotes consiliarios (comenzando 2021 falleció por Covid 19 nuestro Consiliario Gonzalo Amaya, S.J.) y a través de sus animadores, desde México hasta Uruguay.  Del Comité Internacional recibimos y divulgamos en nuestros grupos el Boletín de Vida Ascendente con las cálidas orientaciones de nuestros consiliarios, así como las circulares de nuestra coordinadora Susana Zonni Echenique, con noticias que nos animan a seguir caminando, aunque sea despacio, a pesar de las dificultades. Compartimos también materiales propios producidos en cada país sobre los temas de los mayores. Con subidas y bajadas el Movimiento se mantiene y adapta en esta encrucijada histórica.

Con frecuencia coordinamos ayudas para los más necesitados como alimentos y vestido de forma muy selectiva, aunque conscientes de que no somos un Movimiento asistencialista. Acompañamos celebraciones alegres y festivas de la madre o de los abuelos en Hogares de Ancianos más en forma virtual mediante plataformas de comunicación por Internet, priorizando la escucha de la Palabra y las reflexiones de vida.

Los animadores del Movimiento de América Latina tenemos una cita virtual por Zoom cada viernes desde las 7 p.m. hasta por dos horas, para compartir penas y alegrías, y para rezar por nuestros enfermos, miembros o cercanos a Vida Ascendente y para compartir en Acción de Gracias y divertirnos mediante canciones, poesía, anécdotas e historias que nos alegran el alma.

Foto: en celebraciones especiales hay coordinación y moderación técnica con lujo de competencia.

En nuestras familias se esperan con alegría estos encuentros de los viernes y es normal que algunos de nuestros familiares, cónyuges, hijos o nietos, se unan y participen activamente, lo cual hace más amena la reunión. Nos parece una maravilla que a pesar de las circunstancias de aislamiento, podemos con ayuda de las plataformas de comunicación hacer tantas cosas divertidas y compartir nuestras penas y nuestras oraciones. Rotamos la coordinación de cada reunión virtual y cada vez se proponen temas divertidos.

Esta iniciativa de comunicación en red ocurrida en nuestro Encuentro continental de Chinauta, se concretó y se desarrolla felizmente con el ánimo de todos los participantes y en especial por el entusiasmo de Susana Cáceres, de Perú, a quien agradecemos ese impulso tan importante. Y luego Camilita Bernal en Colombia, Carmen Chueca en Perú, nos han conducido en el manejo de las plataformas. Y ni qué decir de la simpatía de todos, en especial de Goyita San Martín, Clelia y su personaje La Puchunga, Orlando Cáceres, Susana Tito, Matías y Socorrito, Alicia, Anita, Clemencia, Piedad, Gloria, Carmen Rosa, Amparo, Carlos y Carmenza y las otras Carmen, Azucena, Carolina, Nora, Elida, Zoila, Ma. Isabel, Jairo, bueno entre los más activos de tantos otros, desde México hasta Uruguay! (Fotos: aspectos de reuniones virtuales).


(Foto: Clelia -Kika o su personaje clown La Puchunga).

De especial mención merecen nuestros encuentros especiales de música, folclor, poesía y declamaciones. Hasta tuvimos un recital este año con el autor de Simplemente poesía, Enrique Cruz Rodríguez, de cuya obra también participamos a nivel continental por Zoom. Claro que mantenemos nuestro poeta de cabecera con don Julio Pereyra, quien nos nutre de su poesía en ocasiones especiales y en sus mensajes por WhatsApp. En Colombia se destaca especialmente nuestra maestra, escritora y poeta Nelsa Beatriz Rey. El humor no puede faltar y también por esta red diariamente compartimos chistes que nos alegran la vida. A todos muchas gracias!

Por las redes sociales como grupo de Vida Ascendente de América Latina y el Caribe compartimos diariamente la Eucaristía, la Lectio Divina, conferencias y lecturas espirituales como el Diario en la Presencia del Señor con pensamientos bíblicos, y lecturas académicas de cursos que nos pueden interesar a todos. Cada día nos apoyan con estas lecturas Olguita (Costa Rica), Martha Elena (Colombia) y las Susanas (Argentina y Uruguay). Nos excusan por incluir apenas estos nombres de los que participan con mayor frecuencia; también a los demás les agradecemos su apoyo y trabajo en los distintos grupos del Movimiento.

Así,  nos mantenemos unidos virtualmente con la esperanza de abrazarnos a la antigua, de nuevo, como en nuestro más reciente encuentro latinoamericano en Chinauta, Colombia, donde planeamos uno próximo en Argentina que ha tenido que ser pospuesto por la pandemia. Tuvimos con el protagonismo de Vida Ascendente Perú la celebración virtual de la Jornada Mundial de los Abuelos establecida por el Papa Francisco para fines del pasado mes de julio.

Sabemos que un mundo mejor, en paz  -que es la alegría colectiva-, es posible si atendemos y somos fieles a la voluntad del Creador en la realización de valores en nuestras vidas y en nuestro Movimiento, como la justicia, la solidaridad, la sostenibilidad del planeta, la amistad, la espiritualidad, la alegría y el servicio a los demás.

Procuramos mantener excelentes relaciones con las diócesis donde actuamos, la Conferencia Episcopal, y con el CELAM. Nuestra participación desde Colombia en la reciente Asamblea eclesial de la Iglesia Latinoamericana y Caribeña fortalece nuestra esperanza de comunión y conversión en todos los niveles para una transformación de nuestras sociedades a la civilización  del amor. Los mayores debemos dar ejemplo de Iglesia misionera en salida.

Queridos lectores, les deseamos una Navidad feliz con un renovado encuentro con el Creador que se hizo Niño entre nosotros y que siempre nos acompaña y nos anima, para que -a pesar de los achaques de los desgastes físicos- vivamos el camino ascendente en la alegría de Su presencia.

Bogotá, D.C., diciembre 17 de 2021.

Vida Ascendente Colombia.

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