Adviento de los mayores y ancianos
Los mayores y ancianos vivimos siempre en el tiempo de Adviento,
tenemos la bendición de una larga vida que nos permite esperar el regreso
glorioso del Señor. “Estoy siempre contigo Señor, me has tomado de la mano derecha
y después me recibirás con gloria”, leemos en el salmo 73.
Toda esta etapa de nuestra vida también es un regalo de Dios
que queremos agradecer siendo fieles a su Palabra: estamos bien despiertos,
esperando su llamada con la luz encendida, dispuestos a abrirle.
“Contemplaré tu rostro y al despertar me saciaré de tu presencia”
s.17
En América Latina y el Caribe las comunidades cristianas vivimos
este Adviento en Asamblea Eclesial, hacia el Sínodo Mundial del
2023. En nuestro continente necesitaba revitalizarse la
reunión de Aparecida del 2007, que sólo en parte se puso en
práctica. Fuimos convocados todos como Pueblo Dios, porque la Iglesia que
el Papa Francisco sueña en su magisterio es una Iglesia con el testimonio de
todos los bautizados, no una Iglesia episcopal y clerical.
Aquella reunión había recomendado la conversión pastoral, personal
y eclesial. Ahora la Iglesia de América Latina en su conjunto, como
Pueblo de Dios, se convoca para renovarse. Cambiar los
métodos de la pastoral y los modos de pastorear, requiere el coraje de asumir
actitudes nuevas y eventualmente de abandonar prácticas superadas.
La misión evangelizadora de la Iglesia es continua pero debe ser
retomada en cada nueva generación para que todos participemos en la construcción
de un mundo acorde al sueño de Dios. La experiencia sinodal que la Iglesia ha
comenzado, nos propone “caminar juntos”. El primer paso es escucharnos
todos, en especial los que nunca han hablado y los que nunca fueron
consultados. En una Iglesia muy clerical esta es la oportunidad para
escuchar al laicado.
Y aquí nos encontramos los mayores y ancianos en un lugar
privilegiado. Fuimos testigos de toda la vida de nuestras
comunidades parroquiales y de sus trabajos misioneros, tuvimos la alegría de la
nueva evangelización y conocimos el dolor provocado por los abusos. Todo
lo vivimos siendo parte de nuestra Iglesia y por eso tenemos mucho para decir,
para proponer.
El tiempo de Adviento es para los mayores y ancianos
prácticamente todo nuestro tiempo, en él esperamos la venida gloriosa del
Señor, la simbolizamos en los festejos de Navidad, y la tratamos de ver en los
signos de los tiempos del presente. El aporte de los mayores y ancianos
en la Asamblea Eclesial de América Latina y el Caribe es un adelanto de lo que
viviremos en el sínodo mundial. Cada uno como bautizado y también como
miembros del movimiento de la Vida Ascendente.
Padre Oswaldo Montferrand
Consejero espiritual de Argentina
Asesor espiritual de América Latina
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