Carta del Asesor
Tenemos que comenzar a salir de este momento especial que estamos
viviendo, para “ volver a llevar nuestra espiritualidad a las realidades de la
vida, afianzar la amistad y cumplir con nuestra misión de apostolado”, como
leemos en el mensaje de Susell : “Volver a nuestras reuniones para celebrar con
amistad y abrazos. Ofrecer nuestra sonrisa
serena del que tiene la mirada positiva de la vida, palabras que animan y
consejos atinados de los que ya vivimos muchas tormentas”
Recibí también el saludo de Susana Zonni,
nuestra coordinadora continental, con ocasión de esta celebración mundial de
los Mayores. Y nos llegó el libro “La
riqueza de los años” con las intervenciones en el Primer Congreso de
Pastoral de Personas Mayores, de Roma
2020. Del Secretario del Dicasterio, P.
Alexandre Mello, rescaté los pasajes sobre “espiritualidad específica” que
requiere nuestra edad. La adjunto a esta.
La Fundación Navarro Viola celebra también
en Día Mundial de las Personas Mayores, tratarán en una reunión los derechos de
las personas mayores en el campo de la salud, del envejecimiento y de los
derechos humanos. Encontramos entre los
expositores a la Dra. Silvia Gascón, de la Universidad Isalud, líder del
proyecto “ciudades amigables con los mayores”, autora de “Vejez y pobreza en
Argentina”. Actualmente coordina los
lazos de Red Mayor. Nos une a ella muchos años de trabajo en común con
nuestro movimiento Vida Ascendente.
En este volver a la vida nosotros los
mayores sabemos cómo cuidarnos, respetuosos de las indicaciones ya fuimos
vacunados, ahora podremos retomar de a
poco la vida, en esto tenemos que ser un ejemplo en la familia y en nuestra
comunidad parroquial. Llenos de vida
interior salimos a transmitir esperanza, consuelo en muchos casos, y deseos de
compartir la vida con hijos y nietos como antes.
El Dr. Guillermo Bustos, colaborador de nuestros
grupos desde Córdoba, en un escrito sobre “Caídas en Personas Mayores” dice muy atinadamente: “El alma tiene que
empujar al cuerpo, la actitud depresiva, soledad y tristeza, predispone a la
enfermedad y a las caídas. Primero se
cae el alma, después el cuerpo”.
Salgamos entonces del encierro, retomemos
nuestras reuniones y aumentemos así la posibilidad de vivir y transmitir
nuestro entusiasmo y alegría, nuestra espiritualidad. Esa será nuestra
celebración del Día Mundial de las Personas Mayores.
P.Montferrand
28 setiembre 2021
RESUMEN DEL CONGRESO: (Documento enviado con el mensaje de Susana Zonniechenique, Coordinadora de VA-América Latina y Caribe)
Cuidar y ocuparnos de dar protagonismo a
las personas mayores significa poner nuestra atención en ellos como laicos,
como miembros de una familia y también como portadores de la vida humana.
Hablamos de la vocación de los mayores, el llamado especial y la misión
que los mayores tienen dentro de la Iglesia y en la sociedad.
La vocación de los mayores es ser raíz,
memoria viva, guardianes y transmisores de una herencia fundamental para la
vida del Pueblo de Dios entre los pueblos de la tierra. Partimos de que existe
una espiritualidad y una vocación específica para las personas de edad. Esta etapa de la vida va acompañada
de una espiritualidad relacionada, la persona mayor es más consciente de sus
límites, se vuelve más realista , aprende a caminar el día presente. Lo que suele
conducir a un encuentro o un redescubrimiento de Dios.
Por lo tanto el envejecimiento es una
oportunidad para crecer en espiritualidad, y para hacer más fuerte el amor a Dios y a su
familia, amigos y comunidad. Esa
espiritualidad necesita ser cultivada, profundizada y muchas veces
descubierta. Esa espiritualidad ayuda a
cultivar actitudes humanas saludables, formas de conducta activa, sociable y
sonriente. Esos comportamientos que distinguen
a la persona mayor de los viejos.
Es importante comprender la importancia que
tienen las generaciones anteriores para trasmitir su cultura y también para
colaborar en la misión evangelizadora. “Imagino a los mayores –dice el Papa
Francisco – como el coro permanente de un santuario, en el que sus oraciones y
alabanzas sostienen a toda la comunidad ocupada en los trabajos de la vida”.
Las expresiones de la religiosidad popular
son formas muy concretas de espiritualidad en la vida de los mayores, que
constituyen formas privilegiadas de transmisión de la memoria y de las raíces
profundas del pueblo fiel. Esta sabiduría se transmite de generación en
generación, las experiencias de su vida,
su historia familiar, y la de su pueblo.
Hoy en día es frecuente que las personas mayores siguen activas y tienen su protagonismo en nuestras comunidades. Muchos ocupan buena parte de su tiempo en voluntariados, algunos son alma y motor de instituciones. Es importante encontrarles el espacio y crear ámbitos para los encuentros y las reuniones entre mayores, sin descartar la riqueza del trabajo compartido con los más jóvenes y los niños.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Agradecemos sus comentarios.